Publicado en "tierras de Santiago" el 27_04_2010:
¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? La pregunta podría extrapolarse a la problemática de la N-550 a su paso por siete de los 25 municipios de Tierras. En Pontecesures, Padrón, Rois, Teo, Ames, Ordes y Oroso han sido reiteradas las voces de protesta que a lo largo de los últimos años se han levantado clamando más seguridad vial en los núcleos afectados por el trazado de una vía con gran densidad de tráfico.
Pero, ¿qué fue antes, la nacional o la diseminación de urbanizaciones y casas que salpican a ambos lados gran parte de su trazado? ¿Fue el afán constructivo con permisividad de planes urbanísticos que declararon suelo urbano los terrenos a ambos márgenes del vial los causantes de una situación sangrante, tanto para conductores como para peatones y vecinos que a diario se juegan la vida al tratar de cruzar esta arteria viaria, o la problemática es fruto de una mala planificación ?
La reflexión está sobre la mesa, pero lo cierto es que decenas de núcleos están divididos por la N-550, deshumanizados, sometidos a continúa contaminación acústica y carentes de medidas de seguridad apropiadas. El cinturón de la N-550, pese a su catalogación como carretera nacional es, en su mayor parte una larga travesía urbana. En Tierras hay ejemplos.
De Compostela a Ordes
En el tramo entre Santiago y Oroso, de 37 kilómetros, hay 12 de nacional sin ningún paso peatonal, pese a la existencia de núcleos de población extra urbanos y pese a que existen zonas con delimitaciones de velocidad, indicados como travesía peligrosa. Poco antes de llegar a Sigüeiro está el único paso elevado de un tramo en el que en varios puntos como A Sionlla o San Cristovo existen bares y casas a ambos márgenes.
El límite entre los concellos de Santiago y Oroso lo marca el puente del río Tambre en la entrada a Sigüeiro. Es precisamente ahí donde se halla el primer paso de cebra de los cinco que existen en el núcleo urbano.
Continuando hacia Ordes se encuentran los casos más sangrantes de falta de humanización que acaba dividiendo núcleos de población al no permitir el paso, en condiciones de seguridad, a los habitantes de un lado a otro: son los núcleos de Oroso y Deixebre. En ambos casos, el pueblo nace en torno al vial, pero no hay ningún paso para peatones pese a estar considerado como núcleo urbano por la DGT ya que se restringe la velocidad a los 50 Km/hora. Al igual que entre la capital gallega y el límite entre Oroso y Ordes no existe ni un sólo paso de peatones fuera de zona urbana, tampoco hay semáforos o rotondas que autoricen el cambio de sentido de la marcha a los vehículos.
Salvando el casco urbano de Ordes, donde se contabilizan 11 pasos de cebra y dos semáforos, la distancia que separa este núcleo del de Mesón do Vento no cuenta con ninguna rotonda, ni pasos de cebra, ni aceras, pese a existir limitación de velocidad a 50 Km/h. En el centro de Mesón do Vento –a la entrada y salida hay rotondas– se localiza el único paso peatonal.
Hacia el sur
Hay que recorrer 2 Km desde la rotonda de Chanteclair para encontrar el primer paso de peatones en Pontecesures, regulado con semáforo, y otro elevado a 200 metros. Pero desde ahí hasta bien entrado el casco urbano de Padrón estos pasos son inexistentes, pese a estar poblada toda esa travesía a ambos márgenes. Salvando los núcleos de Iria, Pazos y A Escravitude, la situación se repite a lo largo de casi 10 kilómetros, desde el santuario de A Escravitude hasta la subida de Milladoiro, donde se localiza el primer paso de cebra (hay otro elevado antes a la altura de O Faramello). La inexistencia de aceras en núcleos como Picaraña, Ameneiro, Casalonga o As Galanas, así como la limitaciones de 50 Km/h. son también la tónica dominante en un tramo de nacional súper poblado.
viernes, 30 de abril de 2010
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